Trabajar en el ámbito laboral es todo un reto para el psicólogo social y en general para todos los psicólogos.
Es un mundo nuevo e inexplorado que ofrece todas las oportunidades, más allá de la práctica clínica pues trabajamos para adaptar al hombre a un medio determinado, ya sea industrial, comercial o financiero, con énfasis en la productividad.
Esta última es la más importante para las empresas y nuestra economía circundante, y para esto es necesario adaptar los puestos para lograr este cometido. He allí la importancia de conseguir personas idóneas que se ajusten a un perfil requerido, diseñado especialmente para que la empresa salga adelante según sus propios estándares y su filosofía. De allí radica la importancia de las competencias, más allá de la moda y de entrar en la onda de las certificaciones ISO.
Pero, qué pasa en el caso de que una persona no entre en la onda “Competencia” y decida quedarse atrasado? Será necesario retirarlo de la empresa? O en nuestra labor tratar de adaptarlo a este nuevo medio. Diseñar las estrategias para permitir el integro de todo el personal sería el ideal para no crear grandes traumatismos en una empresa que quiere modernizar sus estructuras.
Actualmente entro en una etapa de modernizar la estructura del personal de una empresa. Más que un gran reto, un gran aprendizaje.
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