martes, mayo 10, 2005

Sumisión Femenina, Puro cuento.
Los cuentos infantiles y su relación con el comportamiento femenino


Aura Luz Moreno Díaz
Psicóloga practicante

“- Tú Cenicienta, no irás -dijo la madrastra-.
Te quedarás en casa fregando el suelo y
preparando la cena para cuando volvamos”
Hermanos Grimm


ABSTRACT
La sumisión femenina es bastante común en los países de Latinoamérica donde la lectura de cuentos infantiles y las películas están hechas para defender el estereotipo de la mujer que debe estar pendiente única y exclusivamente de su familia y de las labores de la casa. Una mujer anulada que no puede destacarse en campos académicos o científicos a riesgo de ser señalada como una transgresora de la hegemonía masculina, y determinada por el prototipo de mujer sumisa, tranquila, frustrada y deprimida.


En nuestro país ha estado muy estereotipado el pensamiento de que las pautas de crianza deben estar ligadas con patrones de conducta femeninos o masculinos muy bien determinados, a expensas de que un niño que juega con muñecas o una niña que juega con autitos tendrá tendencias homosexuales. Como padres, se quiere influir en las tendencias sexuales de los niños y de algún modo determinar su comportamiento posterior por medio de el encajonamiento de una sexualidad particular.

Es fácil ver como en la vida adulta muchas de estas niñas que fueron criadas con estrictas pautas de crianza orientadas a la femineidad pura son sumisas y altamente maltratadas tanto física como psicológicamente por sus maridos, sus hijos y las personas de su entorno, y ellas lo permiten gracias a la sumisión y combinación con la frustración, pues el sostenimiento del matrimonio como su única fuente de vida y de satisfacciones es un pensamiento que tienen arraigado como idea irracional.

A la vista de todos esta la sobreprotección que ejercen los padres para con las niñas, como las hacen vestir de colores para niñas (rosa, lila, amarillo, etc), jugar sólo con muñecas y sus accesorios, leer cuentos infantiles que tienen que ver con la sumisión de la mujer (blancanieves, la bella durmiente, la cenicienta) donde deben depender de un príncipe para poder sobrevivir de una bruja malvada, prepararlas sólo para la vida en familia y no con la mentalidad, por ejemplo, de ser grandes ejecutivas o científicas que puedan aportar intelectual y académicamente a la sociedad. Sólo se piensa en una mujer para el matrimonio y para los hijos y lo peor, esta licenciado por las propias madres.

La no inclusión de las mujeres en la sociedad, en el voto, en los cargos altos era cosa de hace muchos años cuando se dejó de lado la lectura y llegó la televisión, las niñas empezaron a ver entre sus héroes a otro tipo de mujeres que hicieron cambiar un poco la percepción, aunque el modelo de la mujer anulada y sólo para la vida familiar aún persiste en nuestros días.

El lenguaje de las niñas es vigilado, no pueden ser groseras o tener un mínimo rasgo de vulgaridad, también se ve en las recriminaciones: “Los niños no lloran”, “las niñas no juegan con pistolas ni con carritos”, y sus juegos son limitados e íntimamente ligados a las labores domésticas y familiares: “Cuida a tu hermanito”, “Tienes que ser buena y no pegarle a nadie”, “Debes ayudar en casa, barrer, planchar, lavar los platos”, “No comas tanto que te engordas”, “No sé como pueden gustarte los carros, eres un marimacho”, “Ten cuidado con la ropa, las niñas lindas van siempre limpias”, “es brutica para las matemáticas, pero no importa estudiará administración o modelaje”, “No seas tan brusca, pensarán que no eres una niña”.

Los juguetes se asocian a la esfera doméstica y a actividades laborales propias de la mujer, promoviendo, con frecuencia, un tipo de juego de carácter más estático (Casa de muñecas, muñecas, supermercados, peluquería, escuelita, mesa de planchar, microondas, mini cocina de Fisher Price, etc.), la barbie se convierte en uno de los juguetes más populares en Diciembre y lo mismo las Bratz. Las chicas superpoderosas no son tan populares pues no van de compras ni tienen una vida vacía detrás de Ken pero las cosas que les enseñen a cocinar o a imitar a sus madres son la sensación.

Se les retiene en casa lo más posible, es fácil ver mujeres de 25 años viviendo todavía en casa de sus padres mientras que a los hombres se les pide que salgan pronto de la casa y que formen un nuevo hogar, aunque a las mujeres “las deje el bus” a los 30, no se hace mucho esfuerzo porque se vayan.

Es propio del contexto familiar para el desarrollo infantil las actividades narrativas y la enseñanza de canciones por parte de los progenitores. Cuentos y canciones que con demasiada frecuencia presentan roles y estereotipos diversificados en función del sexo de sus personajes, así por ejemplo Luke Skywalker es común, al igual que superman o el hombre araña, la niña es blancanieves o la bella durmiente, una mujer que espera a que alguien o algo venga a rescatarla del horrible mundo que la rodea y la maltrata, ella es la pobre mujer sufrida que no tiene quien le ayude y que es incapaz de sostener su vida sola. Son mujeres de talle delgado, facciones finas, muy parecido al prototipo de modelo que nos vende la televisión hoy en día de mujeres raquíticas anoréxicas o bulímicas con el cliché en la cabeza de no saber nada pero consiguen el dinero modelando por placer para gastárselo en cosas sin sentido, y por tanto mujeres con una deteriorada salud mental y física que piden ayuda a gritos.

El imaginario social actual se constituye en gran parte a partir de la influencia de los medios de comunicación de masas. La construcción artificial de la identidad femenina se hace a través de estos, en numerosas ocasiones, contribuye a provocar una distorsión que impide la proyección de la problemática y necesidades reales de las mujeres, son tratadas como productoras de hijos y de placer para el hombre, no son tratadas como personas sino como objetos manipulables para beneficio propio.

El público de los cuentos infantiles ha sido siempre discriminado para niños y niñas, el gato con botas es más para niños, la cenicienta más para niñas, donde la pasividad de los roles femeninos es común y hay una dominancia de los títulos masculinos y las carátulas masculinizadas. Un personaje femenino de cada dos realiza actividades relacionadas con el hogar y asumen roles propios de la maternidad y al realizar otro tipo de actividad son caracterizadas por su torpeza.[1]

No cabe duda que las representaciones femeninas de los cuentos siguen transmitiendo modelos anacrónicos, de ahí que se haga necesario romper con estos esquemas tan reduccionistas , en pro de la igualdad de géneros y de una visión más equitativa de la personalidad, tanto masculina como femenina. Para esto, Esther del Moral propone lo siguiente:
Creación de películas y cuentos infantiles donde las mujeres y niñas interesadas por su profesión, estén más implicadas en las tramas de acción y aventuras y con mayor protagonismo.
Abogar por presentar personajes femeninos con rasgos positivos de carácter no sólo relacional, específicamente identificados con la mujer como la intuición, la empatía, etc, sino también con rasgos de carácter instrumental vinculados al dominio de competencias atribuidas tradicionalmente al hombre, tales como la actividad, el conocimiento, la racionalidad, la eficacia, la autonomía.
Incorporar retratos de mujeres que no sólo desempeñen roles asociados con la maternidad y estén volcados en las actividades meramente domésticas.
Presentar personajes femeninos jóvenes que demuestren autonomía y capacidad de tomar sus propias decisiones, sin depender de otros.
Fomentar la lectura de libros y películas que aborden la temática romántica de manera que la relación de pareja no parezca el único objetivo que guíe la existencia femenina.

De esta manera se podrá ir cambiando esquemas para hacer que nuestras niñas del futuro no estén pensando las mismas cosas y jugando con un pensamiento automático y exacto construido por una sociedad en decadencia, sino hacer que un pensamiento no contaminado, propio y con ánimos de aportar cosas nuevas sea tomado en cuenta tanto por los hombres como por las mismas mujeres.



[1] Del Moral Pérez, Maria Esther. La migración de las mujeres desde la narración literaria a las películas de animación de Disney. Universidad de Oviedo. Emoral@uniovi.es

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