Foto tomada del Diario El Clarín del 25/06/2007
Peor aún es pensar que habían mujeres y niños dentro del público tratando desesperadamente de salir. Incluso una mujer en embarazo es protegida por un hombre en medio de una lluvia de piedras. La cara de angustia de esta mujer no será olvidada nunca.
Pasaba haciendo zapping por los canales, y lo único que veia era esa masa humana destruyéndolo todo. Y es que somos peores que las langostas!!!. Mejor ver los video y pensar porque somos una plaga:
Este video fue tomado de You Tube, lo pasó el canal TN (Todo Noticias) y es quizás el más impresionante pues muestra todo desde que empezó.
Este es el link de la noticia en Clarín, uno de los principales diarios argentinos
http://www.clarin.com/diario/2007/06/25/um/m-01445126.htm
Es vergonzoso ver como le quitan la ropa al arquero hasta dejarlo en calzoncillos y a varios jugadores más. Van raponeando remeras (camisetas), zapatillas (tenis) y cualquier cosa que se atraviese en el camino como un circo de pordioseros y hampones.
No con esto quiero hablar mal de los argentinos, porque esto es pan de cada dia en TODOS los estadios del mundo, no hay ninguno que no haya protagonizado este tipo de incidentes bochornosos. En Colombia alguna vez vi en la tele como le pegaban 4 puñaladas a un chico porque sí, otro de su misma tribuna.
Y es que pareciera que los partidos de fútbol fueran reuniones propicias para desatar la furia interior, para desatar las frustraciones y las ganas de no vivir, de destruir, de traer toda esa pulsión de muerte al servicio de la destrucción y la anarquía.
Es una lástima. El deporte debería ser algo para celebrar, para alegrarnos, e incluso, si se pierde, seguir con el orgullo de hincha apoyando al equipo y saber perder... será que todavia no aprendemos a perder o que nuestra vida es tan perdedora que no soportamos que hasta nuestro equipo favorito pierda?.
Yo no me considero hincha de ningún equipo, aunque me gusta el fútbol como el deporte insignia latinoamericano, pero de algo si estoy muy segura: Existen otras maneras de controlar nuestra energía destructiva y no necesariamente golpeando, hiriendo, destrozando ni mucho menos matando inocentes, como ha currido en el dia de ayer.
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