Hoy tuve una experiencia ambigua... ambigua por su contraste entre lo triste y lo hermoso, entre lo salvaje y el cautiverio. Hoy estuve en el Zoológico de Buenos Aires. Decenas de animales encerrados en jaulas, algunos por violentos, otros por simple antojo de sus cuidadores o por su sagacidad para escapar. Alpacas, Guanacos, LLamas con pocas diferencias entre si, camellos y dromedarios, felinos grandes y chicos, mamíferos, osos polares, roedores, aves muchas: gansos, patos, cuervos, lechuzas; tigres, elefantes y todo lo que se me pase por la cabeza estaba alli.
Algunos que ni conocemos en Colombia o que al menos no están en el Zoo de Medellin, como los coatíes, los osos polares (definitivamente me volví fan de ellos), los tigres de bengala blancos.
Es triste verlos encerrados en espacios tan pequeños, ver el tedio y aburrimiento que tienen, encerrados ahi y no en su entorno natural, aguantando el inclemente clima de Buenos Aires que ahora va entrando en invierno, un camello, un suricato, acostumbrados al caluroso desierto. O los que sólo conocían la inmensa selva tropical y ahora estan en una jaula de 2 x 2.
Que lindo verlos tan cerca, que triste verlos tan tristes...
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