Llevo casi dos semanas con insomnio... tantas cosas en que pensar... me acuesto y es inevitable, como avalancha, la cantidad de pensamientos que vienen a mi cabeza.

Dejar mi país, mi trabajo, mi gente, mi vida e iniciar una nueva vida en un país extraño. Esa mezcla de susto y de valentía, de querer enfrentarlo todo y de disfrutar de la nueva experiencia, pero también ese miedo inmenso de que me vaya mal, de que todo sea un fracaso.

Pienso en mi nueva casa, en que me está esperando mi amado esposo en Buenos Aires, en la nueva vida y me da tanta alegria, pero vuelvo y me encuentro en mi casa, en este refugio que vio nacer nuestro amor, en donde vivi tantas cosas, donde lloré, donde sufrí pero también donde reí, gocé, viví la intensidad de mi amor por mi esposo. Con mucha alegria, no dejo de pensar en él, en todo lo que se nos viene y en lo fuerte que es nuestro amor para soportar estas distancias... Siento que lo amaré durante muuuuucho tiempo...

Si, Acepto el reto...!