Andaba escuchando una vieja canción de Presuntos Implicados... de vieja usanza, cuando era adolescente... Nunca es para siempre, y que me invita a hablar hoy del complicado mundo de las relaciones de pareja...
Recordaba las duraderas relaciones de las que he tenido ejemplo, mis abuelos, mis tios, cosa contraria a mis amigos, que estan y ya no estan... luego de 6 noviazgos y un matrimonio... me atrevería a pensar lo mismo que recita la canción... nunca es para siempre... para siempre, lo que está seguro, es que te volverás a enamorar, increíblemente, aunque todo indique lo contrario, porque la dura pena pareciera no pasar, y luego de dias, semanas, meses o años, vuelve el flechazo...
Pero, mientras tanto, va quedando el dolor de haber dejado una relación donde se tienen errores y aciertos, donde uno piensa acerca de todo aquello que pudo haber sido mejor y no pudo ser, esos silencios, o las palabras lanzadas cuando debimos callar... ya venía sintiendo por meses el dolor de la separación, el cual se ha acrecentado con el pasar de los dias... inimaginablemente...
Iniciar todo con una ilusión que se pensaba sería para siempre, y luego caer derrotados porque no hay nada para luchar, o bien, se da uno cuenta que el impulso de su lucha no es lo que uno quería...
Puedo sonar ambigua, o más bien clara, pero es lo que me pasa por la mente en estos momentos, entre mi resfrio y mi jugada en el billar de internet... me di cuenta, poco a poco, que debía volver a iniciar mi camino sola... volver a empezar, volver a enamorarme... y, cuando menos lo pensé, me encontré en medio de un duelo... un duelo que venía haciendo meses atrás, increiblemente, me miraba a mi misma hace un tiempo, y cada vez que pasaba alguno de esos momentos, cerraba los ojos y pensaba, esto no debería estar pasando, sin embargo pasa... iba cayendo irremediablemente en la senda de la decepción, cada noche en vela, en medio de lágrimas, pensaba en lo que tenia que arreglar, aunque no imaginaba como, sólo sabía que tenía que volver a retomar mi vida y ocuparme de mi propia felicidad...
Hoy, sola en casa, inicia un camino a mi autorreconciliación, de encontrarme y desencontrarme, retarme, y salir victoriosa, pues es mi deseo férreo, poder sacar la cabeza de este vacío enorme...
Y lo lograré!
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